miércoles, 6 de octubre de 2010

Clásica y Moderna

Mi familia vive en el edificio ubicado en la Av. Callao Nº 868 hace ya casi 50 años.
El edificio linda con dos locales, uno de los cuales pertenece al café “literario” que opera bajo el nombre de fantasía “Clásica y Moderna”.
Desde hace casi treinta años que el comercio en cuestión, originalmente dedicado solamente a vender libros, ha incurrido en los rubros gastronómico y musical.
Este local no está, ni estuvo nunca, habilitado para brindar shows musicales en vivo. No obstante esta palmaria limitación, desde hace ya casi veinte años que en dicho espacio se desarrollan actividades musicales bajo esa modalidad. Este reducto de dudosa intelectualidad, tiene una puerta por la cual se comunica con nuestro edificio, a través de la cual, y desandando todo el camino que lleva a la puerta principal del 868 de Callao, sacan la copiosa basura, en cantidades industriales, ensuciando todo el hall y, utilizando está comunicación también, para hacer entrar a los músicos y demás personalidades que lo frecuentan.
Además de escuchar el ampuloso sonido de los shows desde cualquier rincón del edificio, soportar el deletéreo hedor que desprenden las bolsas de residuos que con notable generosidad pululan por los pasillos de Callao 868; ahora, sus dueños, han urdido una nueva maniobra democrática: Con un cono color naranja de considerables dimensiones “reservan” un lugar en la calle, generalmente, en la puerta de Callao 868, para que estacionen algunas estrellas del espectáculo, como la Sra. Susana Rinaldi o la Sra. Amelita Baltar, quienes, dada su popularidad, consideran oportuno apartarse de las normativas viales.
Evidentemente, no solo la luna va rodando por Callao.

Diego F. Casasbellas Alconada
Abogado
27.667.604

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